Padre celestial, ruego que sosiegues mi corazón y me ayudes a guardar silencio ante Ti. Y Señor, en la tranquilidad de mi mente y en la serenidad de mi corazón, Te pido que derrames el agua viva de Tu Palabra para refrescar mi espíritu y mi alma, y me bañes con la fortaleza renovada que solo de Ti proviene.
Gracias, pues has prometido consolar a los que se alejen del pecado y del egoísmo y que hayan confiado en el Señor Jesús como su Salvador.
Alegra mi corazón, renueva mi alma y llena mi mente de todo lo que es hermoso y de buen nombre, y úneme al espíritu y hazme tener un solo propósito con todos aquellos sobre los cuales es invocado Tu nombre.
Y Señor, ruego que mientras mi espíritu se renueva y mi corazón se restaura, me uses para ser un instrumento que consuele a los demás, de manera de alabar Tu santo nombre. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.