Padre celestial, he venido a Ti a pedirte que me des autocontrol, que es uno de los frutos hermosos del Espíritu. Señor, tengo sobrepeso y sé que como más de lo que corresponde, lo cual demuestra que carezco de este hermoso don del autocontrol.
Señor, en el fondo de mi corazón sé que no hallaré satisfacción en la comida (ni en ninguna otra cosa), y que mi gula solo deja en evidencia la idolatría que hay en mí, de la cual me arrepiento. Ruego que, con el poder de Tu Espíritu Santo, me ayudes a tener más autocontrol en mis hábitos alimentarios.
Señor, sé que con mi propia fortaleza no puedo vivir una vida piadosa y de autocontrol; sin embargo, en Tu Palabra has dicho que me has brindado todo lo que necesito para vivir de manera piadosa en Jesucristo. Ruego que me ayudes a apropiarme de todo lo que tengo en Cristo, a caminar en espíritu y en verdad, a eliminar este apetito por la comida y a depender de Ti para que me liberes de esta esclavitud al pecado.
Ruego que termines la buena obra que comenzaste en mí cuando creí por primera vez en el Señor Jesús como mi Salvador, y entonces Te alabaré y glorificaré. En nombre de Jesús,
Amén.