Padre celestial, deseo cumplir con Tu voluntad voluntariamente y sin cuestionamientos, a pesar de que mi carácter y tendencia a menudo han sido dar coces contra el aguijón de las circunstancias de mi vida e intentar dirigir mi rumbo sin depender de Ti.
No obstante, con la orientación y la guía del Espíritu Santo, ruego poder estar dispuesto a presentarte toda mi vida como un fragante aroma.
Señor, quiero convertirme en la persona que Tú quieres que sea y dejar atrás las obras de la carne, caminar en una vida nueva, en espíritu y en verdad, con Tu Espíritu Santo al mando de mi vida.
Señor, quiero demostrar cuál es Tu voluntad buena y aceptable para mi vida y permitir que Tu Espíritu Santo transforme en mi interior todas las tendencias carnales de la vida y las motivaciones egoístas que a menudo me hacen pecar en contra de Ti. Quiero aprender la obediencia a través de Tu amor propio de un Padre que forma a un hijo, de manera que me uses para alentar a los demás en pensamiento, palabra, acción y motivación.
No me dejes caer en acciones soberbias ni en pensamientos celosos que con facilidad manchan mi testimonio sobre Ti, y ruego que me ayudes a desarrollar una actitud de agradecimiento y de júbilo en el Señor. Hazme siempre regocijarme, orar sin cesar, y darte gracias en todo por Tu inmensa bondad hacia mí. Gracias, Señor, por la obra que haces en mí.
Ruego en nombre de Jesús,
Amén.