Padre celestial, mientras hojeo la Biblia y leo sobre la gran nube de testigos del Antiguo y del Nuevo Testamento, quienes eran complacientes delantes de Tus ojos, deseo vivir la vida de la fe que demostraron tan bellamente y hacerme sabio en las cosas de Dios.
Señor, quiero conocer más de Ti, adquirir un conocimiento más profundo sobre Tu Palabra y descubrir Tu voluntad perfecta para mi vida.
Padre, deseo marcar una diferencia en este mundo y vivir por Ti, incluso sabiendo que perderé el respeto de mis vecinos y amigos y que me costará muy caro.
Ruego que me enseñes Tus caminos. Abre los ojos de mi corazón para entender mejor Tu Palabra. Abre mis oídos a Tu suave voz y abre mis ojos para ver a Jesús en todo lo que digo y hago. Gracias, Padre, porque Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.
Ruego poder conocer más sobre el Señor Jesús en Su humanidad, y poder transformarme cada vez más a semejanza de Su imagen y, al igual que Él, vivir en humilde obediencia a Tu voz y crecer en sabiduría día a día. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.