Amante Señor, cuánto Te agradecemos por las Sagradas Escrituras que hiciste que se escribieran para nuestro aprendizaje. Son alimento y comida para nuestra alma, una luz que guía y proteje nuestra senda, y vida y salud para todos los Que aman Tu nombre.
Rogamos para que, con el poder del Espírítu Santo, abras nuestros corazones y nuestras mentes a todo lo que esté escrito en Tu Palabra de gracia. Guíanos hacia toda la verdad, y que nuestros oídos estén siempre abiertos a escuchar Tu suave susurro. Que nuestros ojos estén siempre atentos a las lecciones que quieres que aprendamos y que nuestros corazones estén siempre receptivos a todo lo que nos enseñes.
Gracias, Señor, pues con Tu Palabra y Espíritu nos has dado todo lo que necesitamos para vivir una vida piadosa y complaciente delante de Tus ojos. Abre nuestros ojos día a día para que veamos las maravillas de Tu hermosa palabra. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.