Querido Señor Jesús, Te damos gracias por nuestro hogar que bondadosamente nos has dado. Señor, sé que Tú no tenías dónde recostar la cabeza. No tenías un lugar al que pudieras llamar Tu hogar cuando anduviste por esta tierra. Ayúdame a tomarme a la ligera todo lo que hay en el mundo y a no darle demasiada importancia como si fuera una forma de ídolo en mi vida.
Oh Señor, sé que mi hogar está lleno de muchos tesoros pequeños y recuerdos que son muy especiales para mí, y Te doy gracias por cada uno de estos. Pero Señor, también sé que todo lo que tengo de Ti proviene, y que todo lo que tenemos es un don de Tu gracia. Oh Señor, ayúdame a no aferrarme demasiado a todo lo que hay en el mundo.
Padre, sé que mi verdadero hogar se encuentra en el cielo y que has preparado allí un lugar para mí. Ayúdame a ver las cosas de esta vida desde una perspectiva correcta. Déjame ser sabio y agradecido por todo lo que me has dado, pero también guarda mi corazón en lugares celestiales. Espero con ansias el día en que me lleves a aquel maravilloso hogar que has preparado para mí en el cielo. En nombre de Jesús,
Amén.