Oración matutina de una abuela

Querido Señor Jesús, Te agradezco por mi hermosa vida y por la maravillosa manera en que has prometido acompañarme cada día. Gracias por haberme cuidado durante otra noche y por el don de un nuevo y maravilloso día. Grandiosa es Tu fidelidad.

Señor, ruego que mientras me preparo para levantarme, lavarme y vestirme, des fortaleza a mis piernas y me apoyes en mis deberes cotidianos. Ruego que me des la fortaleza para mantenerme ocupada en mi pequeña cocina y me protejas de cualquier peligro que surja.

Ruego que me acompañes cuando vaya a comprar, y Te pido que, con Tu bondad, pongas en mi senda a las personas Que Tú elijas. Y ayúdame a ser un testigo digno de Tu gracia y bondad ante todos aquellos con los que me reúna, no solo en lo que digo, sino que en mi forma de pensar y actuar.

Gracias por mis hijos maravillosos y por cada una de sus vidas, y sobre todo, gracias Señor por los hermosos nietos que has puesto en mi vida, y por haberme concedido la alegría de verlos crecer y convertirse en los pequeños seres que han bendito mi alma. Señor, dótalos de Tu gracia celestial, enriquécelos con un conocimiento salvador del Señor Jesús, que cada uno de ellos crezca en la gracia y el conocimiento de su Salvador y, por último, Señor, llévalos a casa a descansar a salvo en Tus brazos eternos.

Señor, sé que no me estoy haciendo joven, pero confío en que me llevarás en las alas de un águila y le darás un cántico de alabanza a mi corazón durante el día. Déjame descansar en Tu amor y permanecer en Tu gracia hasta que decidas llevarme para estar junto a Ti, pues en Tu mano están mis años. Gracias, Señor. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.