Gracias, Padre, por los numerosos beneficios que hoy disfruto.
Gracias por mi vida, por haberme acercado a Ti, y por haberme hecho parte de Tu familia, como hijo de Dios.
Gracias por haberme salvado, por haber muerto por mí en la cruz, y por haberte vuelto a levantar para tener también vida eterna.
Gracias por haberme dado una buena noche de descanso y por darme la oportunidad de servirte hoy. Gracias por la salud y la fortaleza que tengo.
Al comenzar un nuevo día, Te doy gracias porque Tus misericordias se renuevan cada mañana, y porque grandiosa es Tu fidelidad.
Padre, gracias por amarme. Que Tu amor brille a través de mí y se extienda hacia los demás para que también conozcan las maravillas de Tu gracia. En nombre de Jesús,
Amén.