Padre, mis pecados son un gran cargo de conciencia, y sé que en mí no hay justicia. He venido a Ti a rogar que tengas misericordia y a arrepentirme de todos los pecados graves que he cometido contra Ti. Señor, confieso que en mi soberbia y arrogancia, incluso he bromeado sobre Tu existencia y he blasfemado contra Ti en palabra y en acción; sin embargo, he descubierto que enviaste a Tu único Hijo, el Señor Jesucristo, para que fuera el único sacrificio aceptable que pudiera pagar el precio de mis pecados.
Señor, me arrodillo ante Ti con el corazón quebrantado por el mal que he cometido contra Ti, y ruego que Tengas misericordia y piedad de este miserable pecador, que ha llegado a confesar que Jesucristo es el Señor y Su Salvador y Redentor. Ruego que laves todos mis pecados y limpies mi boca y mis pensamientos de la inmundicia que ha invadido mi corazón oscurecido. Señor, he venido con un corazón humilde y con el espíritu quebrantado, y Te alabo y Te agradezco porque, con Tu misericordia, enviaste a Jesús para que pagara el precio de mis pecados. Gracias por Tu promesa de que todos los que creen en Él no perecerán, sino que sus pecados serán perdonados y que recibirán la dádiva de la vida eterna. Gracias, pues Tu gracia me ha salvado por el solo hecho de confiar en la sangre de Cristo, en Cuyo nombre oro,
Amén.