Querido Dios Padre, gracias por Tus numerosas bendiciones que recibimos a diario y, sobre todo, por el maravilloso don de la salvación, que todos hemos recibido por el solo hecho de confiar en Jesús como nuestro Salvador. Gracias, pues Él murió para recibir el castigo que merezco por mis pecados y resucitó para derribar el poder del pecado y de la muerte en mi vida. Cuánto Te alabo y Te adoro por todas Tus bendiciones.
Señor, Te doy gracias por mi vida. Sé que somos una creación maravillosa, y que cada parte de nuestro cuerpo es un milagro, pero hoy he venido a Ti ya que mi cuerpo no está bien y mi salud pareciera desfallecer. Siempre he tenido muy buena salud, Señor, por lo cual Te alabo, pero recientemente he sufrido varias dolencias no relacionadas y, Señor, me siento muy mal, y ruego que Tu toque sanador se pose sobre mi vida.
Acompáñame Señor, así como a todos los que enfrentan problemas similares en sus vidas. Señor, pareciera que muchas personas a las que conozco padecen de algún tipo de problema de salud, y solo Te pido que visites a cada uno de nosotros en este momento de enfermedad, extiendas Tu mano sanadora en cada una de nuestras vidas y nos devuelvas la salud.
Gracias, pues eres un Dios Que escucha y responde nuestras oraciones. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
“El SEÑOR lo sostendrá en su lecho de enfermo; en su enfermedad, restaurarás su salud.”