Señor, la Iglesia ha perdido el rumbo, ya que busca estrategias para construir puentes denominacionales e uniformidad interconfesional, a costa de crecer en verdadera unidad piadosa y volverse Uno Solo en el Cuerpo de Cristo, lo que refleja la unidad entre Dios Padre y Su Hijo amado, la hermosa unión que tanto deseaste en la Iglesia, que es Su cuerpo.
Perdónanos, Señor, por la falta de unidad cristiana y por la falta de amor hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Perdónanos porque la Iglesia visible pareciera haber perdido a sus testigos de Cristo y ha puesto en peligro la verdad del evangelio de la gracia a causa de un programa social que pretende convertir el mundo en un reino de paz sin que el Príncipe de la Paz esté al mando.
Oh Dios, convierte Tu pueblo en un cuerpo santificado, una comunión de creyentes, un pueblo apartado del mundo que Te sirva a través de una vida nueva y que viva en bondadosa unión el uno con el otro. Enséñanos a buscar todo lo que lleve a la devoción y derrama en nuestros corazones la naturaleza y el carácter del amor que solo de Ti provienen, para que nos convirtamos en canales a través de los cuales fluya el amor de Cristo hacia los necesitados.
Enséñanos a amarnos el uno al otro tal como Tú nos has amado, y ayúdanos a crecer en la gracia y en la unidad piadosa, tal como lo dicta el Espíritu Santo, hasta el final de nuestras vidas. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.