Padre celestial amado, Te damos gracias por el don de la vida y el maravilloso privilegio de conocerte. Señor, en esta graduación, hemos traído ante Ti a todas estas jóvenes vidas que pronto se graduarán.
Guía y orienta a todos aquellos sobre los cuales es invocado Tu nombre y que han aceptado al Señor Jesús como su Salvador. Padre, rogamos que cada uno de ellos permanezca firme en la verdad que se les ha enseñado durante su juventud, y que cada uno de ellos alcance la madurez cristiana y conozca cada día más al Señor Jesús.
Mientras la vida se abre ante cada uno de ellos y las tentaciones del mundo intentan desviarlos del camino de la justicia, sostenlos firmemente, y que Tu Espíritu Santo sea su ayuda segura en los momentos de angustia y su consuelo permanente en los momentos de dificultad.
Gracias por cada vida y cada familia a la que representan estos hombres y mujeres de Cristo que pronto se graduarán, y que sus vidas sean un maravilloso testimonio ante todos aquellos con los que tengan contacto. Rogamos que los protejas del peligro en los brazos de Jesús,
Amén.