Querido Señor Jesús, acompáñame hoy y cada día que enfrente un futuro desconocido. Gracias, pues has prometido en Tu palabra que me instruirás, que me enseñarás el camino en que debo andar y que sobre mí fijaras Tus ojos. Gracias por tus promesas de que me guiarás y me consolarás.
Guíame, Señor, por el camino que sea mejor para mí, y cuando enfrente circunstancias que parezcan desalentadoras y aterradoras, ruego que me ayudes a mantener los ojos puestos en Jesús, pues sé que Él es el Camino, el único camino que debo tomar para permanecer en Tu amor.
Gracias, pues a nada he de temer. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.