Querido Padre celestial, gracias porque aquellos que confiamos en el Señor Jesús como nuestro Señor y Salvador y que formamos parte de tu familia celestial algún día pasaremos la eternidad junto a Ti en nuestros cuerpos glorificados, cuando seques todas las lágrimas de nuestros ojos.
Gracias por el amor y el apoyo que podemos compartir juntos mientras nos regocijamos en nuestra maravillosa Salvación y esperamos con ansias nuestra eterna posición en la celestial Jerusalén a través de Jesucristo nuestro Señor.
Gracias porque a través de la obra del Señor Jesucristo en la cruz, nuestros pecados han sido perdonados. Gracias porque, con Tu gracia, nos has vestido de Su justicia y nos has sentado junto a Jesucristo en lugares celestiales. Gracias porque cuando estamos cansados y agotados, podemos acudir a Ti en busca de descanso, y gracias porque, sin importar los problemas y las dificultades que se apoderen de nuestras vidas, has prometido siempre acompañarnos, incluso hasta el fin de los tiempos.
Gracias porque has prometido satisfacer todas nuestras necesidades conforme a las riquezas de Tu gloria. Ayúdanos de forma individual y colectiva a alentarnos, edificarnos y apoyarnos el uno al otro mientras esperamos aquel maravilloso día en que Jesús venga a llevarnos para estar junto a Él en el cielo. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.