Padre celestial, confieso que a menudo me preocupo de algunas cosas y, al igual que muchos otros, me doy cuenta de que me inquieto innecesariamente por las cosas que ocurren en mi vida.
Te pido perdón y ruego que me ayudes a cambiar mi corazón, de manera que mi preocupación se convierta en confianza, y cualquier inquietud sea reemplazada por Tu paz y certeza.
De verdad quiero creer en Tu Palabra, pues sé que muchos pasajes de las Sagradas Escrituras nos recuerdan que no hemos de temer, sino depositar en Ti todas nuestras preocupaciones e inquietudes y, Señor, deseo esto en el fondo de mi corazón. Te pido que transformes mi corazón preocupado en uno que dependa completamente de Ti en todas las cosas.
Ruego que Tu amor y gracia inunden mi alma interna, y que los temores y las preocupaciones se evaporen como el rocío matutino mientras fijo mi mirada en el Señor Jesús y deposito mi confianza en Tu gracia inquebrantable. Ayúdame a buscarte a Ti primero en todas las cosas y a confiar en Tus promesas inquebrantables. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, a menudo me desvelo por la noche y no puedo conciliar el sueño porque mi mente sigue preocupándose y pensando en todos los problemas del día, que parecieran dar vueltas en mi cabeza, cuando sé que debería estar durmiendo profundamente.
Señor, sé que has diseñado nuestros cuerpos de tal forma que cada día necesitan un ciclo de descanso, renovación y rejuvenecimiento, y ruego que me permitas entregarte día a día todas mis preocupaciones e inquietudes, sobre todo cuando me acuesto a dormir por la noche.
Gracias, Padre, porque como mi Pastor celestial, has prometido que junto a aguas tranquilas me pastorearás, en verdes pastos me harás descansar, confortarás mi alma y me darás el sueño a su debido tiempo.
Gracias, Señor, por las muchas promesas hermosas que has hecho a todos Tus hijos, y ruego que esta noche y en los días por venir, pueda acostarme y dormir profundamente y en paz durante la noche, pues solo Tú me haces habitar seguro. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Perdóname por mi preocupación, Padre. Sé que puedo estar en paz si tengo a un Pastor tan tranquilo, un Dios soberano que lleva a cabo Su propósito eterno en mi vida.
Amén.
Querido Dios, estoy atormentado por las cosas que salen mal. Me preocupa mi trabajo y mi familia, mis finanzas y mis relaciones. Señor, todo pareciera derrumbarse al mismo tiempo a mi alrededor, y solo he venido a Ti ya no que no tengo nadie más a quien acudir.
Sé que Tú eres el Dios de la Paz y del Amor, y he venido a Ti ya que mi miedo al futuro me está causando preocupación y temor. Sé que no es Tu voluntad que Tus hijos sientan angustia por lo que pasa en sus vidas. Sé que Tú nos has dicho que no tengamos miedo, pero es difícil cuando la vida se vuelve tan complicada.
Señor, ayúdame a no preocuparme tanto. Ayúdame a fijar mi mente en Ti y no en las preocupaciones de la vida. Ayúdame a confiar en Ti durante estas dificultades, pues sé que me cargarás sobre Tus hombros. Gracias, Señor,
Amén.
Amante Señor, nos has dado paz para con Dios a través de la sangre de Jesucristo nuestro Salvador y has perdonado nuestros pecados, y también nos has prometido que la paz de Dios cuidará y gobernará nuestros corazones en todas las circunstancias de la vida.
Señor, no dejes que mi corazón se desaliente, se turbe ni tenga miedo, y ayúdame a capturar cualquier pensamiento problemático que aflija mi mente, para así entregártelo de inmediato, pues sé lo destructivo y engañoso que es cuando un corazón no se aferra a las promesas de la Palabra de Dios.
Manten los ojos de mi corazón puestos firmemente en mi Señor Jesús, pues sé que todo el que pone los ojos en Ti será protegido por el poder de la fuerza de Dios, ya que nada puede hacer temblar al que se fundamenta y se aferra a Cristo, la sólida Roca.
Gracias, Señor, por la promesa de la paz perfecta que has dado a todos los que Te conocen y Te aman como su Señor y Salvador, en Cuyo nombre oro,
Amén.
Padre celestial, oro por mis amigos y otros integrantes de la Iglesia que todavía no han conocido la belleza y la paz que se obtienen al depositar en Ti todas nuestras preocupaciones y al simplemente descansar en Cristo, sino que gastan mucho tiempo y esfuerzo preocupándose por las circunstancias de la vida en lugar de entregártelas en oración.
Gracias por mostrarme la deshonra que Te provoca cuando desperdiciamos nuestro tiempo preocupándonos, pues sabemos que nos has llamado a depositar en Ti todas nuestras preocupaciones y a confiar en Tu amor inquebrantable.
Gracias porque a través de Tu Palabra me has permitido entender que las preocupaciones no solo nos arrebatan nuestra alegría y paz en el Señor, sino se arraigan en el pecado de la incredulidad.
Gracias porque me has permitido comprender mejor que solo Tú eres Quien reemplazará las preocupaciones necias por sabiduría divina. Solo Tú brindas la paz que sobrepasa todo entendimiento cuando nuestro pensamiento en Ti persevera y no nos preocupamos de aquellas cosas que has prometido solucionar por nosotros.
Por lo tanto, ruego que les permitas comprender que todos aquellos que son Tus hijos conocerán completamente la alegría y la paz que se obtienen al entregarte todas nuestras preocupaciones. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Dios, recuerdo haber leído en Tu palabra que uno de los reyes de Israel recibió una carta muy perturbadora. Estaba tan preocupado que la extendió delante de Ti y rogó por tu ayuda.
Dios, también he recibido una carta terrible, que me ha provocado mucha preocupación y dolor. Señor Jesús, no se a quién acudir, pero la extiendo delante de Ti y Te ruego que me apoyes durante este difícil problema que he de enfrentar.
Gracias porque puedo acercarme a Ti, y gracias porque eres el mismo ayer, hoy y para siempre. Ruego que intervengas por mí y hagas justicia en este asunto, para Tu gloria y alabanza. Confío en que lo harás, y pongo mi carta ante Ti. En nombre de Jesús,
Amén.