Amante Señor, hoy—y todos los días—dejo a mi hijo en Tus manos mientras emprende este nuevo viaje de descubrimiento en su nueva escuela.
Padre, tú conoces todos los miedos y las preocupaciones que pueden inundar la mente de un niño que se encuentra en un entorno desconocido, y ruego que me des la sabiduría para preparar de antemano a mi hijo, de forma que no enfrente imprevistos para los que no estuviera preparado o que pudieran atemorizarlo. Señor, Te pido que Te mantengas cerca de él, pues desde niño le hemos enseñado a confiar en Ti y a contarte las cosas que lo asustan o lo confunden. Señor, en particular, ruego que durante estos primeros días no tenga problemas, sino que cuides su pequeño corazón y seas su ayuda segura durante todo el día.
Señor, también oro por sus maestros, para que les brindes un corazón entendido y una actitud cariñosa. Ruego que puedan identificar y abordar los pequeños problemas que surjan durante el día, pues sé que rápidamente pueden convertirse en montañas dentro de la mente de un niño, a menos que sean abordados con prontitud y paciencia.
Padre, ruego que mientras dejo a mi hijo bajo el cuidado de otro día, Te mantengas cerca de nosotros. Ruego poder recibir Tu paz en mi corazón, y tener aquella paz y certeza de que cada momento del día acamparás cerca de mi hijo. Por tanto, Señor, hoy dejo a mi hijo en Tus manos. En nombre de Jesús,
Amén.