Padre celestial, gracias por todos mis hermanos y hermanas en Cristo de todo el mundo. Gracias por habernos dado una nueva vida en Cristo y por habernos hecho miembros de Su Cuerpo, la Iglesia. Es maravilloso darse cuenta de que tengo integrantes de mi familia celestial en cada rincón del mundo, y que un día nos reuniremos en el cielo a los pies de Jesús. ¡Alabado sea tu nombre!
Señor, también sé que muchos cristianos de todo el mundo están siendo gravemente perseguidos. Muchos de los que confían en Jesús como su Salvador están siendo víctimas de acciones espantosas y perversas. Sé que Te debe partir el corazón, tal como a mí, enterarse de las terribles atrocidades que ocurren en tantos países distintos.
Padre, ruego que, con Tu misericordia, los protejas de las perversidades de este mundo y los acompañes durante el terrible tormento que sufren. Cuídalos, guíalos y protégelos del peligro. Protege a los hijos de nuestros hermanos y hermanas cristianos, que son muy vulnerables.
Y Señor, respecto a aquellos que enfrentan la muerte en nombre de Cristo, ruego que les des la gracia para saber que Tú los acompañas en cada paso que den. Que reciban Tu corona de vida que se les promete a todos los que den la vida en nombre de Cristo.
En el Apocalipsis, los mártires bajo el altar oran: "¿Hasta cuándo?" y Señor, los acompañamos y decimos: "Ven, Señor Jesús, ven rápido". En nombre de Jesús,
Amén.