Padre celestial, Te damos gracias por todos nuestros familiares que han hallado la paz con Dios, y que a través de la sangre que derramó nuestro Señor Jesucristo en la cruz de El Calvario han recibido paz para contigo y han pasado del reino de las tinieblas a la luz del glorioso evangelio de Cristo. Señor, no hay mayor alegría que saber que nuestros seres queridos nacen de nuevo y están unidos a Cristo, que son integrantes del cuerpo de Cristo y que están unidos como uno solo en la Iglesia de Dios.
Sin embargo, Señor, el júbilo glorioso de aquellos seres queridos que han sido salvados por la gracia y mediante la fe se ve contrarrestado por la profunda tristeza de aquellos familiares nuestros que se han negado obstinadamente a aceptar Tu dádiva de gracia, o que por ignorancia o soberbia se han alejado de Tu hermosa promesa de la vida eterna en Cristo.
Ten piedad y misericordia de cada uno de nuestros familiares que ha rechazado Tu bondadoso ofrecimiento de salvación. Convéncelos de que necesitan a Jesús en sus vidas, y rogamos que los lleves a los pies de la cruz hasta que reconozcan que en ningún otro nombre hay salvación, pues entre los hombres no hay ningún otro nombre mediante el que podamos ser salvados. Padre, con Tu misericordia y gracia, haz lo que haga falta para que cada uno de mis familiares alcance una fe salvadora en Jesucristo, a Quien sea todo el honor y la gloria, ahora y por los siglos de los siglos,
Amén.