Padre celestial, qué alegría es disfrutar juntos de una comida fraternal en este festivo especial de Acción de Gracias y poder alzar nuestras voces unidas en agradecimiento y alabanza por Tu gracia y misericordia hacia nosotros, y porque has atendido mucho más que nuestras necesidades básicas y sencillas de la vida.
Qué gusto nos da cantarte alabanzas y agradecimientos en este día especial de Acción de Gracias por Tu bondad y benevolencia hacia nosotros, nuestra familia, amigos y seres queridos, nuestros hogares y nuestra salud, nuestras escuelas y nuestro trabajo, nuestra comida y nuestra ropa, nuestros dones y talentos, y nuestras emociones, nuestro libre albedrío y nuestro intelecto que Dios nos ha concedido.
Te damos gracias por la belleza de la naturaleza que nos rodea junto con la hermosura de las estaciones en constante cambio que nos renuevan y revitalizan. Te bendecimos por el día y la noche, y por los períodos de sueño y descanso, que nos permiten renovarnos y enfrentar las responsabilidades de nuestra vida cotidiana.
Sin embargo, más que nada, Te bendecimos y Te damos gracias porque enviaste al Señor Jesucristo para que fuera el sacrificio por nuestros pecados. Gracias, pues Él nació en la raza humana para poder sufrir una muerte sacrificial por nosotros. Gracias porque Él pagó el precio de nuestros pecados con Su hermosa sangre, y porque resucitó de entre los muertos para darnos Su vida.
Rogamos que Te mantengas cerca de cada uno de nosotros mientras celebramos este día especial de Acción de Gracias, y que nuestra comunión mutua sea un dulce perfume para Ti mientras nos regocijamos y elevamos nuestras voces unidas en alabanza y agradecimiento por todo lo que eres y por todo lo que has hecho por nosotros. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.