Amante Señor, Te doy gracias por mi hermano. Lo amo mucho, pero Señor, sé que Tú puedes cuidarlo mucho más de lo que alguna vez yo podría, pues toda Tu naturaleza rebosa y está llena de perfecto Amor y profunda Compasión.
Ruego que sanes a mi querido hermano, no solo de sus dolencias físicas que en este momento lo afligen, sino que, más importante aun, ruego que atiendas sus necesidades espirituales. Señor, se ha "hecho el tonto" con la buena noticia de la Salvación y quiere primero "disfrutar la vida" antes de pensar en su alma eterna. Sin embargo, Padre, esta es una decisión peligrosa, y ruego que, con Tu amor y misericordia compasiva, lo convenzas del pecado en su vida y de que necesita la Salvación a través de Jesucristo, que es la única puerta a la vida eterna.
Nos has llamado a cada uno de nosotros a orar fervorosamente por todos los hombres, sobre todo por nuestra familia, y aunque sé que esto significa que debo orar por todos mis hermanos y hermanas renacidos en Cristo, estoy seguro de que también debo hacerlo por el hermano que forma parte de mi familia terrenal. Entonces, hoy he venido a Ti a suplicarte que, con Tu gracia y misericordia, hagas que mi hermano, a quien amo mucho, reconozca que necesita a Jesús, tal como lo hiciste con el apóstol Pablo camino a Damasco. Señor, ruego que sanes su cuerpo, su alma y su espíritu, en el hermoso nombre de Jesús,
Amén.