Querido Señor, mi matrimonio prácticamente se ha desmoronado, y me apenas sé cuándo comenzaron a salir mal las cosas. Las cosas se han hecho cada vez más difíciles y tensas, y el amor que alguna vez tuvimos el uno por el otro pareciera estar muriendo. Odio la idea del divorcio, y quedé conmocionado la primera vez que fue sugerida. He venido a Ti, Señor, a pedirte que nos guíes y orientes a ambos en esta situación que se vuelve cada vez más dolorosa.
Señor, no quiero que nos separemos ni nos divorciemos. Ruego que de alguna forma maravillosa uses esto como un llamado de atención para que Te busquemos con todo el corazón, y para que cambiemos nuestra forma de tratarnos. Ruego que podamos comenzar a aplicar los principios bíblicos adecuados en nuestro matrimonio y dejemos de criticarnos el uno al otro por lo que decimos o lo que no decimos.
Señor, sé que por culpa de mi actitud y mis acciones, no he sido el marido o la mujer que Te gustaría que fuera, pues no he pensado en mi cónyuge de una forma que Te complazca.
Ruego que no sea demasiado tarde para reconciliarnos, y Te pido que, con Tu gracia y misericordia, nos permitas avanzar juntos y ponerte en la posición que Te corresponde como la cabeza suprema de nuestra familia.
Protege a las partes inocentes de nuestro matrimonio malogrado y perdona todas mis acciones insensatas. Hazme el hombre o la mujer que Te gustaría que fuera. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.