Gracias, Padre, por las muchas promesas hermosas que nos has hecho. Gracias, pues has prometido acompañarnos y cuidarnos dondequiera que estemos y sin importar lo lejos que deambulemos. Señor, Tú sabes que es necesario que me adentre en la oscuridad de esta noche, y ruego que me brindes Tu protección y gracia. Te pido que me protejas de todos los peligros y las amenazas de esta noche, por el amor de Tu único Hijo mi Salvador, Jesucristo.
Gracias, pues ningún lugar al que vaya queda fuera del perímetro de Tu protección y, tal como prometiste en Tu Palabra, adondequiera que vaya, Tu mano me guiará y, sin importar lo que haga, tu diestra me sostendrá firmemente. Gracias, pues sin importar lo oscura que sea la noche, la luz de Tu amor siempre me ilumina, ya que Tú eres la luz que brilla en los lugares más oscuros y que emitirá el resplandor de Tu presencia ante mi rostro, para así iluminar la noche que me envuelve. Alabado sea Tu santo nombre. En nombre de Jesús,
Amén.