Dios Padre, no merezco Tu misericordia ni Tu gracia. No soy digno de recoger las migajas que hay debajo de Tu mesa; sin embargo,Te doy gracias porque he sido redimido por la sangre del Cordero y porque, en nombre de Jesús, puedo acercarme a Tu trono en busca de la gracia y la fortaleza que necesito para no caer, de forma de tomar Tus caminos y vivir de manera piadosa en Jesucristo.
Señor, deseo ser fiel, pero en muchas ocasiones he cedido a la tentación, y aunque he intentado por todos los medios vivir conforme a mis propios principios y mi determinación, cada vez he fracaso y no he cumplido. Señor, sé que he intentado resistir con mi propia fortaleza, y confieso que ya no puedo hacerlo por mí mismo.
Ruego que me enseñes a obtener mi fortaleza a partir de Tus recursos insondables y a no depender de mi propia provisión limitada. Ayúdame a dejar por completo mi vida en Tus manos y a someterme a la orientación del Espíritu Santo en mi vida, para así poder caminar en espíritu y en verdad. Enséñame qué significa realmente cuando Tu Palabra dice "Sin mí nada pueden hacer", para así poder aprender la verdad de que "a través de Cristo puedo hacer cualquier cosa, Quien me fortalece". Ruego en nombre de Jesús,
Amén.