Querido Padre celestial, Te bendigo y alabo Tu nombre porque puedo ser llamado Tu hijo, y porque puedo acercarme a Tu trono de gracia, Abba, Padre mío.
Gracias porque he nacido en Tu familia y porque me has convertido en coheredero con el Señor Jesucristo.
Gracias porque, en lugar de haber recibido el espíritu del temor, he recibido al Espíritu Santo que habita en mí para guiarme y orientarme.
Guíame, Padre Abba, por el camino que quieres que tome, y glorificado y bendito seas, pues solo Tú eres digno de nuestra alabanza y adoración.
Amén.