Padre Celestial, has tenido la bondad de otorgarme un cuerpo saludable y la capacidad de jugar en equipo, por lo cual Te agradezco con todo el corazón. Gracias por darme la oportunidad de divertirme y participar en actividades deportivas en equipo.
Protégeme de cualquier actitud mundana que manifiesten mis compañeros de equipo, y ayúdame a ser un buen y fiel testigo de Tu grandeza y Tu poder en los juegos en los que participe.
Dame la capacidad de jugar de forma justa y considerada. Ayúdame a desarrollar el espíritu de equipo correcto y las ganas de dar lo mejor de mí, sin manifestar una mala actitud hacia los demás equipos y miembros que tal vez sean mejores o peores que yo.
Mantente siempre delante de mis ojos, para así no convertir en un ídolo ni el deporte ni mi posición, sino que déjame participar de una forma que Te complazca siempre. En nombre de Jesús,
Amén.