Señor, ayúdame a guardar silencio ante Tu presencia y a esperarte con paciencia y serenidad tal como lo hizo el salmista. Innumerables y hermosas son las promesas que has hecho a Tus hijos, y deseo descansar en ellas mediante la fe y permanecer en Ti minuto a minuto, para así alabar Tu santo nombre.
Te doy gracias, Señor, porque escuchas todas las oraciones de Tus hijos y porque incluso antes de llamarte, has prometido respondernos. También Te doy gracias porque me enseñas específicamente que, aunque la respuesta tarde en llegar, a través de ello haces brotar en mí paciencia y confianza en Ti y me permites fortalecer mi fe en Tu Palabra, pues Tu Palabra es verdadera y eres un Dios fiel y misericordioso.
Gracias, Señor, pues Tu Palabra se arraiga en lo profundo de mi corazón. Ruego no fatigarme cuando las respuestas tarden en llegar, más bien poder descansar con paciencia y tranquilidad en Tus promesas inquebrantables, mientras Tu Espíritu Santo hace su obra dentro de mi corazón. Hazme amarte más y depender más de Ti, para así asemejarme más al Señor Jesús en cada ámbito de mi vida, sobre todo en el ámbito de la paciencia, mientras confío en Tu momento perfecto. En nombre de Jesús,
Amén.