Amante Señor, soy muy susceptible a frustrarme e irritarme por pequeñeces, lo que a veces incluso puede convertirse en una ira explosiva que me hace perder los estribos y la paz interna. Señor, confieso que en estos tiempos, suelo culpar a la otra persona o a la situación en la que me encuentre. En el fondo de mi corazón, me gusta fingir que esta es mi personalidad y que siempre será así, porque así soy yo. Sin embargo, Señor, sé que esta impaciencia de mi parte no es más que una manifestación de la carne, la cual sé que Te disgusta.
Señor, no quiero sucumbir a este tipo de comportamiento; por lo tanto, Te pido que, con Tu gracia, me ayudes a superar mi mal genio y mis emociones, y me ayudes a armarme de la paciencia y la humildad que solo del Señor Jesucristo provienen.
Señor, ruego que me ayudes a reconocer cuando mis emociones se conviertan en frustración o cuando comience a irritarme en mi interior. Ruego que me ayudes a entregarte de inmediato estas emociones, y permíteme crecer en la gracia y desarrollar un espíritu paciente y un corazón humilde.
Gracias por escucharme, Señor. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.