Querido Dios Padre, cuánto Te agradezco porque soy Tu hijo. Te agradezco por todo lo que has hecho en mi vida, pero sobre todo Te alabo por haberme elegido y usado de la forma en que lo has hecho en mi pequeño rincón del mundo. Señor, creo que me has puesto en el lugar exacto donde quieres que esté, y aunque tal vez parezca un integrante insignificante de Tu cuerpo, para Ti no soy insignificante.
Señor, ruego poder ser fiel en todo lo que me has llamado a hacer hacer y que mi vida Te glorifique, no solo en mis acciones y palabras, sino que en mis pensamientos y motivaciones. Ruego poder ser un integrante fructífero de Tu cuerpo, pues sé que Cristo es la verdadera Vid y que yo soy una rama que necesita descansar y permanecer en Él.
Déjame contentarme con llevar a cabo la obra que me has encomendado, ya sea a través de una obra ministerial grande e importante o simplemente atendiendo las necesidades y preocupaciones de aquellos que se crucen por mi senda. Oh Señor, que yo mengüe mientras Tú creces en mi vida, hasta que Tú seas todo, pues yo no soy nada, y aun así me has elegido para ser parte de Tu Cuerpo y de Tu novia, por lo cual Te alabo. Que mi vida Te complazca, y déjame glorificar en todo lo que hago al Padre Que está en los cielos. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.