Danos fortaleza con Tu paz, oh Cristo nuestro Salvador. Con tu Paz que sobrepasa todo entendimiento y toda palabra, danos fortaleza y no nos dejes temer al mal. Cuéntanos entre Tus verdaderos adoradores, quienes Te adoran en espíritu y en verdad. Toda la gloria, el poder y el honor Te pertenecen, ahora y por los siglos de los siglos,
Amén.