Padre celestial, Te encomiendo a cada uno de mis nietos, y Te doy gracias porque cada vida es especial delante de Tus ojos. Señor, ruego que cada uno de ellos a temprana edad llegue a reconocer a Cristo como su Salvador y desee caminar cerca de Ti durante su adolescencia, durante los veinte y hasta la adultez.
Que aprendan a amar Tu Palabra y que lleguen a conocer el valor de la oración en sus vidas, para que así puedan convertirse en hombres y mujeres que vivan de manera piadosa en Jesucristo.
Señor, ruego que todos los que estemos involucrados en estas jóvenes vidas les enseñemos día a día sobre el Señor Jesús y las maravillosas verdades que contiene Tu Palabra, tanto con la palabra como con el ejemplo, tal como la madre y la abuela de Timoteo le enseñaron la verdad de la Palabra de Dios. Guía a cada uno de mis queridos nietos hacia toda la verdad, y ruego que los hagas alcanzar una verdadera fe salvadora. Pues has prometido que los niños a los que se les enseña el camino en que deben andar, aun cuando sean viejos no se apartarán de él.
Ruego que los cubras con la sombra de Tu protección y amor, y que crezcan en la gracia, el discernimiento y la sabiduría durante sus vidas. Ruego que uses a cada uno de ellos en Tu servicio, para Tu gloria y alabanza. En nombre de Jesús,
Amén.