Oración para los adultos a la hora de acostarse

Padre celestial, cuánto Te agradezco por habernos llevado a salvo al final del día. Te alabo y Te agradezco por la benevolencia y la gran bondad que hoy has tenido hacia nosotros.

Gracias por las numerosas bendiciones y provisiones que hoy nos has concedido, por habernos mantenido a salvo, por habernos guiado y habernos llevado nuevamente a aquel momento del día en que podemos recargar nuestros espíritus y almas a través de un sueño nocturno reparador.

Ruego que me perdones si he dicho o hecho algo que no ha honrado Tu nombre o si he intentado hacer cosas con mi propia fortaleza en lugar de depender por completo de Ti, y Te alabo porque Tu gracia basta y Tu fortaleza se perfecciona en nuestra debilidad.

Y ahora, Señor, mientras nos acostamos, ruego que veles por nosotros, nos protejas y nos cuides. Danos un sueño profundo y reparador, haznos depositar en Ti nuestras cargas o dificultades y no permitas que nuestras mentes se preocupen ni inquieten, pues has prometido llevar todas nuestras cargas si tan solo Te las entregamos. En nombre de Jesús,

Amén.
“Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho o {coma} poco; pero la hartura del rico no le permite dormir.”