Querido Señor Jesús, mi adicción es una terrible carga y una gran vergüenza para mí, y aun así vuelvo a caer una y otra vez en comportamientos que odio y que anhelo poder eliminar. Siento tanta vergüenza, Señor, pero sé que eres Tú Quien dijo que vino a liberar a los cautivos y, Señor, soy un cautivo. Soy un cautivo y un esclavo de esta terrible adicción, pero anhelo ser liberado y llevar una vida normal.
Señor, ruego que me liberes de esta obsesión, pues está ahogando mi vida y me ha costado muchos amigos queridos, así como mi trabajo. Anhelo ser libre para vivir como debo hacerlo.
He escuchado el evangelio y realmente creo que Jesús murió para recibir el castigo por todos mis pecados, incluso mi adicción, y creo que resucitó al tercer día, para así derribar el poder de la muerte en la vida de todos los que creen. Por lo tanto, he venido a Ti, Señor, a pedirte que me des la vida abundante que me has prometido. Sé que la vida eterna ahora es mi porción, pero ruego poder liberarme de mi adicción para así servirte como mereces. Ruego en nombre del Señor Jesús,
Amén.