Señor, me arrodillo ante Ti en humilde sumisión y ruego que, con Tu misericordia y bondad, me ayudes a soltar todos estos miedos y preocupaciones, problemas y dudas, culpa y desilusiones que a menudo parecieran llenar mi corazón y mente durante el día.
Ruego que llenes mi alma herida con Tu amor y paz. Llena el vacío y el dolor que están despedazando mi vida. Señor, Tú sabes qué hay en mi corazón y por qué atravieso este momento de temor y preocupación. Señor, ayúdame a capturar cada pensamiento, para así entregártelo tan pronto como brote en mi mente, y ayúdame a reemplazarlo por pensamientos y palabras de las Sagradas Escrituras que hablen sobre Tu inmensa fuerza y Tu maravilloso poder.
Señor, nos has dicho que pensemos en todo lo que es hermoso, puro, santo y bueno, y ruego que me ayudes a poner los ojos de mi corazón en Jesús y mantenerlos puestos en Él día a día. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.