Padre, Te agradezco por el hermoso ejemplo del Señor Jesucristo, que aprendió la obediencia por las cosas que sufrió, y en Quien vemos el ejemplo perfecto de un Hombre Cuyo sufrimiento y muerte trajeron inmensa gloria al Padre y salvación a un mundo perdido y moribundo. Gracias, pues Jesús decidió voluntariamente enfrentar el sufrimiento y la persecución en Su vida, para que así a través de Su muerte sacrificial en la cruz pudiera pagar el rescate por el pecado.
Enséñame las lecciones del sufrimiento que son tan evidentes en la vida del Señor Jesús, Que aunque no conocía el pecado, estuvo dispuesto a sufrir por la gloria de Dios y en beneficio de muchos otros. Gracias por haberme permitido comprender el hecho de que aunque el sufrimiento por causa de la justicia sea difícil de soportar a corto plazo, Dios, con Su gracia y sabiduría, lo usará por Su gloria y en nuestro beneficio eterno. Hazme ser obediente y fiel en todo lo que deba sufrir por causa de la justicia. Hazme sufrir en esta vida por la gloria de Dios el Padre y por amor del nombre de nuestro Señor Jesucristo, Que sufrió y murió por mí para que así yo también pudiera vivir eternamente. Ruego en Su nombre,
Amén.