Oh Padre celestial, qué alegría se ha convertido para mí mi querida hija, a quien amo mucho. Señor, Te doy gracias por haberla puesto en nuestra familia y por la alegría que me ha brindado a mí y a muchas otras personas, por lo cual Te alabo y Te agradezco.
Dios Padre, Tú la conocías antes de que fuera concebida y la amabas antes de que naciera, y cuánto Te alabo y Te agradezco porque desde niña confía en Ti. Cuánto anhelo que alcance una fe profunda y firme en Cristo, que sé que es mucho más importante para Ti que para mí, pues sé que la amas con ternura infinita, y que aquel amor incluso supera mi propio afecto profundo por ella.
Ruego que se convierta en una joven virtuosa con una confianza firme en Ti y con un corazón puro y tierno. Que crezca en la gracia y que desarrolle integridad, confianza, fidelidad y gentileza, y que tenga un corazón de compasión por los demás, lo cual es muy atractivo en una joven de Dios.
Ruego que la protejas de aquellos que intentan manchar su hermosura en este mundo cada vez más caído, y Te alabo y Te agradezco por el amor y la alegría que mi hermosa hija ha traído a nuestras vidas. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.