Oración de regocijo por la gloria de Dios nuestro Salvador

¡Digno eres, oh Señor, y el Cordero Que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra y la alabanza! Padre, no hay nada en el cielo ni en la tierra que se compare a la maravillosa gloria y gracia que has derramado con incalculable abundancia en esta raza de hombres caídos a través de nuestro Salvador Jesucristo cuando Lo enviaste al mundo para que se convirtiera en la propiciación por nuestros pecados, y que a través de Su muerte y resurrección nos ha redimido del abismo del infierno.

No hay nada más bello ni digno de nuestra admiración, asombro y alabanza eterna que aquellas heridas glorificadas del cuerpo de Cristo que, con Tu gracia, nos han liberado de la esclavitud del pecado, de Satanás, de la muerte y del infierno.

No solo nos creaste con la fuerza de Tu poderosa mano, sino con Tu gracia hemos sido comprados a un precio; el de la hermosa sangre de Jesucristo. Nunca nos dejes familiarizarnos demasiado con todo lo que hizo por nosotros el Señor Jesucristo cuando Lo enviaste para que muriera por nuestros pecados y redimiera nuestras vidas de la destrucción. En nombre de Jesús,

Amén.