Querido Señor, cuánto Te alabamos y Te agradecemos porque el Amor descendió en Navidad a través de la Persona del Señor Jesucristo, cuando el Hijo eterno de Dios se convirtió en Jesús, el Hijo perfecto del hombre, y a través del Cual los hombres de buena voluntad recibieron la promesa de la paz. Que aquellos que confían en la sangre redentora de Su Hijo tengan paz para con Dios, así como todos los que nacen en la familia de Dios, que están posicionados en Cristo y que son aceptados en el Amado.
Gracias por el ejemplo de una vida que personifica el amor, y gracias porque la Persona de Jesucristo es la Que satisface cada una de las necesidades del corazón humano.
Padre, en este momento especial del año donde recordamos aquel primer día de Navidad en que Tu Hijo amado se manifestó en la carne a través de un bebé recién nacido, rogamos que Su amor y Su paz se propaguen en los corazones y las mentes de muchas personas perdidas y heridas que no se sienten amadas y que en su interior carecen de la paz vital para con Dios y de la paz incomparable de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo concedan paz a los corazones de todos los que buscan una respuesta al vacío de sus vidas durante esta temporada navideña. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.