Señor, gracias por mis amigos y mis amistades, y por la maravillosa manera en que nos has diseñado para que interactuemos entre nosotros y nos complementemos, para apoyarnos y alentarnos con paciencia en las buenas y en las malas. Padre, Te doy gracias por este amigo especial que has traído a mi vida cuando más lo necesitaba, y por el estrecho vínculo de comunión que desde ese entonces hemos cultivado.
Señor, oro por este valioso amigo mío y Te doy gracias por la inmensa bendición que ha sido en mi vida, y por la sabiduría y el discernimiento que bondadosamente le has concedido. Te alabo por la manera en que lo has usado, amoldado, instruido y preparado, y por haberle dado la fortaleza para llevar a cabo Tus planes y propósitos en su vida, de manera de alabarte y glorificarte.
Gracias por su testimonio fiel y personal, su corazón entendido y su espíritu de aliento, y gracias, Padre, por el aporte excepcional que hace para promover Tu reino. Que crezca en la gracia y el conocimiento del Señor Jesús, y envuélvelo en Tu amor y paz, y que Te escuche decir: "Hiciste bien, buen siervo y fiel". En nombre de Jesús,
Amén.