Padre celestial, Tú sabes que enfrento una cirugía invasiva y desagradable, y he venido a Ti a pedirte que mantengas mis pensamientos enfocados en Jesús y lejos de cualquier ansiedad; en lugar de eso, ruego estar preparado para dejar todo en Tus manos bondadosas y generosas.
Señor, Tu Palabra me dice que no debo sentir ansiedad por nada, sino que debo acercarme a Ti en oración y poner ante Ti todas mis preocupaciones y súplicas, y que le brindarás a mi corazón Tu paz que sobrepasa todo entendimiento. Eso es lo que hago ahora, Señor. Te pido que me acompañes mientras enfrento esta inminente operación y mantengas mi corazón en calma. Impídeme imaginar todo lo que podría salir mal, pues en Tus manos dejo mi operación y mi vida.
Señor, Te pido que me acompañes mientras los cirujanos me operan, y ruego que Te hagas cargo de todo. Ruego que guíes las manos del cirujano y de las enfermeras y les brindes la destreza necesaria para llevar a cabo con éxito esta operación, y también ruego que me devuelvas mi salud y fortaleza en los días por venir, para Tu gloria y alabanza.
Señor, creo que Te interesa esta cirugía que enfrento, y sé que Te preocupas de mí tal como Te preocupas de todos Tus hijos. Ruego no tener miedo a lo que se aproxima, sino simplemente confiarte todas las cosas. Padre, creo que en Tu mano están nuestros años y que nada puede ocurrirnos que Tu voluntad no haya permitido y que no sea en nuestro beneficio eterno. Ayúdame a mantener los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de mi fe, en Cuyo nombre oro,
Amén.