Dios misericordioso, Padre celestial nuestro, a veces acudimos a Ti con el deseo de que pudiéramos tocarte, verte o de otra forma encontrar evidencia física de que estás cerca y de que estás preocupado.
Perdona nuestro cuestionamiento, y Te pedimos que nos eleves a niveles superiores de fe y entendimiento.
No Te pedimos que cambies de ninguna forma en absoluto. Rogamos con humildad que nos hagas cambiar a nosotros hasta que nuestro espíritu se asemeje al Tuyo.
Amén.