Amante Señor del cielo y de la tierra, Te damos gracias por los beneficios y el aliento que nos dan los amigos que pusiste en nuestras vidas y por las relaciones que podemos cultivar a lo largo de nuestra senda terrenal.
Te doy gracias por los buenos amigos y por las distintas relaciones que hoy disfruto, así como por la alegría que cada uno de ellos me brinda de una manera especial y única.
Nunca me dejes subestimar a mis amigos ni adoptar una actitud indiferente en las relaciones que he cultivado a lo largo de los años, sino hazme valorar cada vez más a las personas que has puesto en mi vida. Haznos edificarnos y fortalecernos el uno al otro a través del vínculo del amor y de la paz que tenemos en Jesús.
Que mis relaciones se hagan cada vez más fructíferas, y que se fundamenten firmemente en un amor piadoso y en una confianza genuina. Bendice a todos mis amigos, y que cada una de mis relaciones se haga cada vez más fructífera, para Tu gloria y alabanza. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.