Padre celestial, cuánto Te agradezco porque la luz del glorioso evangelio de la gracia ha resplandecido en mi corazón. Gracias por el poder iluminador de Tu Palabra que ha iluminado mi senda.
Ayúdame día a día a caminar en la luz de Tu amor, pues sé que eres la luz del mundo y en Ti no hay tinieblas.
Hazme seguir caminando en la luz como Tú estás en la luz, para así ser un reflejo de Tu bondad y gracia ante todos aquellos con los que tenga contacto. Ayúdame a vivir en la luz de Tu amor para así disfrutar una dulce comunión con mis hermanos y hermanas en Cristo, pues sé que la sangre de Jesucristo nuestro Señor nos limpia de todos nuestros pecados.
Señor, ruego que laves mis pecados y pongas Tu poder dentro de mí. Tómame tal como soy y conviérteme en la persona que Tú quieres que sea, y Te doy gracias porque eres fiel y justo y perdonas nuestros pecados y nos limpias de todas injusticia. En nombre de Jesús,
Amén.