Padre celestial, gracias por Tus numerosas bendiciones, Tu gracia suficiente y por la manera en que has dirigido mi senda. Me has refugiado de manera fiel cuando me he alejado de Tu voluntad, y me has corregido bondadosamente cuando me he descarriado.
Ruego que Tu gracia y misericordia sigan abundando en mi vida y poder tener un año fructífero en que el Señor Jesús se convierta cada vez más en el foco de mi vida, en el deseo de mi corazón y en el único en Quien pueda depositar mi esperanza.
Perdóname por las veces en que no he cumplido con Tu voluntad; sin embargo, Te pido que sigas actuando en mi vida y termines todo lo que has comenzado en mí, tal como lo has prometido.
Ruego que el año que viene me llene del fruto de la justicia, el cual Tu Espíritu Santo ha prometido producir en mí, de manera de transformarme día a día a semejanza del Señor Jesús y vivir una vida abundante y fructífera, para Tu gloria y alabanza. En nombre de Jesús,
Amén.