Querido Padre celestial, creaste un mundo bellísimo y lo llenaste de hermosura. Gracias por los animales y las aves, y sobre todo, por las mascotas que significan mucho para nosotros y que iluminan la vida de muchas personas.
Sin embargo, Señor, Tú sabes que a menudo la vida de nuestras mascotas se acaba mucho antes que la nuestra, y es difícil despedirse de un animal tan fiel y amado.
Por tanto, mientras nos despedimos de este animal especial que hemos criado y al que amamos tanto, ruego que Tu consuelo y amor llenen cada uno de nuestros corazones, pues sabemos que sentimos un vacío doloroso en nuestro interior.
Ruego que pongas los ojos en todos los que también hayan sufrido la pérdida de su mascota, sobre todo, oro por aquellos que son viejos y están solos, o que están enfermos y aislados. Acércate a todos los que hoy lloran la pérdida de una mascota. Que durante este tiempo, cada uno de nosotros se acerque a Ti con profundo agradecimiento por Tu bondad y gracia hacia nosotros. En nombre de Jesús,
Amén.