Padre amado, me está costando mucho incluso levantarme de la cama para empezar el día, pues sé que tendré que enfrentarlo solo y sin la persona a la que amo. Sé que, sin Tu gracia y suficiencia, jamás podría superar un día, pero te doy gracias porque has prometido acompañarme y darme Tu fortaleza el día de hoy, y también una gran esperanza para el mañana.
Solo me imagino el mañana como un día lleno de dolor, puesto que la persona a la que amo ya no está a mi lado; sin embargo, Te pido que, con Tu gracia, me des la fortaleza para superar este día, paso a paso, sabiendo que Tú estás allí para cargarme, incluso si mi corazón parece desfallecer por el dolor y el sufrimiento que siento.
Gracias, pues has prometido cargar nuestro dolor, y porque Tu gracia basta para cada eventualidad de nuestras vidas. Dame la fortaleza para lidiar con la soledad que siento, y ayúdame a seguir adelante con mis planes de vida, pues sé que Tú estás allí para acompañarme, apoyarme y darme fortaleza.
Dame esperanza para el mañana, pues mi esperanza y mi confianza están en Ti, Señor. Ruego que me mantengas cerca de ti, y Te doy gracias porque siempre me has acompañado y por el gran alivio que tengo al conocerte como mi propio querido Salvador y amigo.
Amén.