Querido Padre Celestial, sé que has prometido que, si Te reconozco en todos mis caminos, dirigirás mis sendas y las enderezarás. También has prometido guardar en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera.
Ayúdame a no temer ni a desanimarme cuando el camino que tome se vuelva empinado e irregular, pues si eres mi guía, no he de temer al mal.
Ruego que hoy dirijas mis pasos y me sostengas con la diestra de Tu justicia, pues solo contigo a mi lado puedo continuar a salvo,
Amén.