Querido Señor Jesús, gracias porque me has cuidado durante otro día más. Perdóname, Señor, por las actitudes y los pensamientos erróneos que he permitido que turben mi mente el día de hoy. Perdóname, Señor, por las veces en que he permitido que la presión me arrebate la paz perfecta que Tú me das.
Señor, Te encomiendo mi enfado del día de hoy, y ruego poder descansar tranquilamente en Tus brazos amorosos. Ayúdame a no permitir que ninguna de estas presiones cotidianas afecten el sueño reparador de paz que brindas a todos Tus hijos.
Lamento haber permitido que las pequeñas preocupaciones del día hayan inquietado mi corazón y perturbado la paz que Tú me das. Señor, ruego no guardar pensamientos erróneos o dañinos en mi subconsciente, más bien, Señor, Te pido que laves mi corazón con el agua de Tu Palabra y lo llenes del bálsamo sanador de Tu amor y verdad. Gracias, pues Tu palabra es vida y luz.
Quedo en Tus manos, Señor, mientras me acuesto a dormir. Ruego que cuando me despiertes mañana, esté listo para servirte, pues Tus misericordias se renuevan cada mañana. Grandiosa es Tu fidelidad. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
“echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros.”