Padre celestial, eres bondadoso y a la vez justo, y hoy he venido a Ti a confesar que no he vivido como a Te hubiera gustado, ni tampoco he elegido la senda que Te hubiera gustado que tomara.
Confieso mi falta y he venido a Ti con un espíritu humilde, pues sé que, con Tu bondad, perdonas a aquellos que tienen un corazón contrito. Padre, quiero cambiar mi vida y vivir de una forma que sea transparente ante de Ti. Quiero vivir una vida piadosa que Te complazca y una vida que glorifique Tu nombre. Señor, ya no quiero acongojar ni apagar la obra del Espíritu Santo en mi vida, y sé que la única forma de complacerte es caminar en espíritu y en verdad y vivir cada día en sumisión a Tu orientación y empoderado por Tu gracia.
Ruego que limpies mi corazón pecador, perdones mi necedad y me enseñes Tus caminos. Señor, quiero cambiar mi comportamiento para reflejar aquel del Señor Jesús y quiero que los pensamientos de mi mente sean complacientes delante de Tus ojos. Quiero ser una persona íntegra y vivir una vida piadosa y llena de gracia, y solo puedo hacerlo si permanezco en Ti y descanso en Tu amor. Enséñame Tus caminos y dame un espíritu enseñable, para que en los días por venir pueda vivir de manera piadosa en Jesucristo, pues sé que esta es Tu voluntad para mi vida.
Gracias, pues me has sido fiel incluso cuando he sido infiel y, con Tu gracia, me adentro en el futuro sosteniendo Tu mano. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.