Querido Dios, tengo un examen y me dan un poco de miedo los exámenes, ya que no se puede hablar con nadie.
Sé que puedo hablar contigo, pero no debo decir nada en voz alta. Te pido que acompañes a mi corazón y me escuches con atención cuando Te hable durante el examen, ya que debo hablar a través de mi corazón y no en voz alta.
Gracias por vivir en mi corazón. Te amo, Señor Jesús,
Amén.