Cuánto Te agradezco y Te alabo, Padre mío, porque eres mi luz y mi salvación, mi valentía y la fortaleza de mi vida, y porque a nada he de temer cuando estás cerca de mí. Señor, mi esperanza está en Ti, pues sé que ningún enemigo puede penetrar el muro de protección espiritual que a través de Cristo me rodea, y que nada puede tocar mi vida sin que Tú lo hayas permitido si permanezco en Él, Que es mi luz y el sostenedor de mi vida.
Ayúdame a estudiar Tu Palabra con absoluta diligencia, pues sé que sus páginas contienen todo lo que necesito para vivir de manera piadosa en Jesucristo, y mientras avanzo por mi senda cristiana, prepárame para responder a todos los que pregunten sobre mi esperanza eterna en Cristo. Ruego que me des la valentía para hablar con osadía, pero a la vez con amor. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.